Los diez mandamientos del toreo
El 26 de marzo de 1925 el crítico taurino Maximiliano Clavo (1879-1955), a través
de su pseudónimo "Corinto y Oro", recupera y publica en la revista Mundo Gráfico
este decálogo atribuido a Frascuelo, escritos con un lenguaje coloquial
cuando el torero estaba retirado:
- Primero: amar a Montes Paquiro sobre todas las coletas.
- Segundo: No jurar que vas a meterte en el morrillo de los toros para luego no arrimarte nada.
- Tercero: Santificar la fiesta española, entendiéndose que santificarla no es tirar el pego.
- Cuarto: honrar a la afición que da cuanto se le pide y más de lo que puede.
- Quinto: no matar como Rafael el Gallo.
- Sexto: no amolar tanto a los toros ni a las espectadores.
- Séptimo: no hurtar las ingles a las arrancadas de los astados, ni hurtar tantos billetes como se viene haciendo.
- Octavo: no decir en los telegramas que tú estuviste colosal y tu compañero desastroso.
- Noveno: no desear la cupletista o super-tanguista de tu prójimo.
- Décimo: no codiciar el contrato del colega; ni el colchón del zapatero, del hojalatero y del tapicero, cuando el colchón va a la casa de empeños para luego no ver más que huir a los toreros de arriba, de abajo, de la derecha y de la izquierda.
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