En el reglamento nacional de 2 de febrero 1996 en su artículo 49 habla de " se comunicará en cuanto sea conocido por el ganadero a la autoridad gubernativa , habitualmente la Guardia Civil, para que presencien las operaciones del embarque, requieran la documentación de las reses y realicen las inspecciones oportunas". Sigue el reglamento hablando del método tradicional de transporte, esto es de los cajones en que han de ser trasladadas las reses.
En nuestro Reglamento Andaluz el Capítulo VIII habla del Transporte de las Reses, y en concreto en su artículo 32 trata del embarque y transporte desde las fincas ganaderas en cajones individuales a las plazas para estar 24 horas antes de la corrida. Lógicamente estamos hablando de transporte por carretera. Para llegar a esto hacemos historia y nos remontamos a la presencia del ferrocarril en la España de mitad del siglo XIX.
El
ferrocarril supuso un importante cambio en la organización de las
corridas de toros, no solo al ganado sino también a los toreros. Con el
desarrollo del ferrocarril queda ya, con sabor añejo y cierta nostalgia
en ocasiones, los traslados que se realizaban pie, por veredas y
cañadas, entre distintas zonas ganaderas y las plazas de destino, método
común y universal antes del que se instaurase el transporte por
ferrocarril o el realizado por barco. Muchas fueron las ciudades que cuando construyen su plaza de toros lo hacen cerca de la estación de ferrocarril. El beneficio era mutuo. Por otro lado para las Compañías ferroviarias el transporte de ganado bravo era mas rentable que otro tipo de ganado y en segundo lugar era una mercancía muy cómoda por su fácil manejo al ir en cajones individuales. También es probable que se utilizaran cajones bastante tiempo antes del primer traslado ferroviario, ej carros...
No solo se utilizaron corridas sueltas sino traslado de ganaderías enteras como en el ejemplo siguiente:
Un ejemplo del transporte es el expedente especial de reses bravas desde Milagro (Navarra) a Las Alcantarillas (Utrera) a efectuar entre el 29 de diciembre de 1908 , conservado en el archivo de la Fundación de Ferrocarriles Españoles.
El tren estaba compuesto por 15 vagones de ganado, de los que 4 contenían 24 jaulas para toros y los restantes ganado vacuno suelto. El ganado correspondía a Julio Laffitte y García de Vela y es la ganadería que dicho señor ha comprado a los señores Lizaso Hermanos de Tudela. La ganadería está compuesta por 227 cabezas, entre las que hay20 toros de 4 años, algunos sementales y el resto son vacas y becerros, o más bien novillos.
Según consta en las actas presentadas en el V Congreso de Historia Ferroviaria celebrado en Palma de Mallorca del 14 a 16 de octubre de 2009 por Antonio Luis López Martínez "El Ferrocarril y el transporte de toros en España" el primer toro que viajó por ferrocarril a una plaza de toros fue un ejemplar de Dª Gala Ortiz, viuda de D. Saturnino Ginés de San Agustín de Guadalix, de la Comarca de Guadalix, hasta la Plaza de Toros de Barcelona, para un festejo que tuvo lugar el 28 de junio de 1863. Otras reses de la misma ganadería lidiadas en esa misma corrida barcelonesa, procedentes de la misma zona tardaron en hacer el viaje 44 días, mientras que el recorrido en tren apenas duró más de un día.
Hasta la aparición de los vehículos a motor el predominio del transporte ferroviario es claro. En el periodo desde 1860 a 1930 el traslado de ganado a las grandes ferias era manifiesto. Trenes desde Sevilla a Madrid y Barcelona llevaban casi todo el ganado que se lidiaba en sus plazas.
Hay que tener en cuenta que el traslado a pie desde Sevilla a Madrid de una piara de toros podía tardar unos 40 días, mientras que en ferrocarril se podía hacer en 3 días. El segundo caso lo constituye el transporte por barco desde Sevilla a Barcelona de una corrida de 6 toros duraba de 8 a 10 días, mientras que en ferrocarril se podía transportar entre 3 y 4 días.
Hay que tener en cuenta que el traslado a pie desde Sevilla a Madrid de una piara de toros podía tardar unos 40 días, mientras que en ferrocarril se podía hacer en 3 días. El segundo caso lo constituye el transporte por barco desde Sevilla a Barcelona de una corrida de 6 toros duraba de 8 a 10 días, mientras que en ferrocarril se podía transportar entre 3 y 4 días.
A comienzos del siglo XX se detectan determinadas prácticas monopolísticas por determinados empresarios encaminadas a controlar la adquisición de un gran número de toros con el fin de distribuirlos posteriormente por las distintas plazas.
Los ganaderos andaluces vieron peligrar su situación y tomaron la iniciativa de agruparse en 1905 a la que poco después se unirían los del resto de España y que tuvo como resultado la creación de la Unión Nacional de Criadores de Toros de Lidia. Uno de los objetivos de esta asociación fue la de prohibir a sus asociados la venta de camadas enteras de toros.
Luego el reglamento de 1962 ya había prohibido el transporte del ganado a pie, limitándolo al ferrocarril o en camiones. Ahora la nueva legislación de la Unión Europea, puede hacer que llegue a ser necesario hacer paradas intermedias en el transporte, y con ellas desembarques en otros lugares de descanso. Por ejemplo una ganadería gaditana que lidie en Francia. En otro trabajo seria interesante investigar como el transporte por avión ha acercado las ganaderías españolas a las plazas americanas, muy utilizado en los últimos años ej. Madrid a Lima (Acho) o a México DF.
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