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jueves, 28 de mayo de 2020

Principales prohibiciones de las fiestas de toros.

Anda el patio revuelto  o mejor decir el "ruedo patrio" con el tema de la nula  ayuda al sector taurino por parte del gobierno actual.   Ni que decir tiene que es de ley  que en la situación actual el sector taurino reciba también ayudas estatales como cual hijo de vecino.  
 
La Tauromaquia a lo largo de nuestra historia  siempre ha sido un espectáculo polémico y nuestras  autoridades casi nunca han apostado por ella, salvo para ingresar dinero. Resulta llamativo que algunos se sorprendan del tema.
A lo largo de la historia se han promulgado numerosas prohibiciones referentes a la fiesta de los toros,  tanto del derecho canónigo como del civil.
 
En este  trabajo  veremos algunas de estas  y  resulta  llamativo como el pueblo siempre se las ingeniaba para saltárselas.
Los primeros ataques  vienen de la Iglesia al considerar que correr toros era cosa profana, de mal cristiano. Al ser como un juego los teólogos cristianos  la relacionaba con los ludi romanos y con los espectáculos circenses. Por otro lado al estar arraigado en el pueblo, las autoridades eclesiásticas  no consideraron conveniente suprimir estas prácticas pero sí se limitaban a prohibir la asistencia del clero y su participación.
Esta actitud tolerante  cambiará en el siglo XVI como consecuencia de la celebración de un nuevo Concilio de Reforma, el de Trento, y de su puesta en marcha por el Papa Pío V.

Concilio Trento

Felipe II acogió rápidamente  el Concilio aceptando en toda su amplitud todos los decretos sin limitación.  Algunos obispos españoles propusieron la prohibición de los festejos  en el mismo pero no se llegó a un Decreto General.  En consecuencia, quedó al arbitrio de cada provincia eclesiástica qué  juegos  y diversiones estuviesen permitidos. Años después, de ocho concilios provinciales españoles, solo en tres penínsulares  -Toledo, Granada y Zaragoza y   en Méjico se reguló el tema de los toros, con castigo a los clérigos que participasen  en los mismos. En el resto no se trató el tema.
 
El  Papa  Pío V intentó que Felipe II desterrase esta fiesta  por medio de su nuncio. Sin embargo el rey no se mostró inclinado a tomar la medida, por la grandísima alteracion y descontento que causaria a los españoles. La politíca es la política...
 
El 1 de noviembre  de 1567 Pío V promulgó la bula "De Salute Gregis"por  la cual se excomulgaba ipso facto  a los principes cristianos, autoridades, civiles y religiosas, que permitiesen las corridas de toros, llegando a negar sepultura  eclesiástica a quien muera en ellas.   Era un documento importantísimo, casi exclusivo para los reinos de España  e influenciado por religiosos españoles como Francisco de Borja, General de los Jesuitas.

El revuelo en España fue enorme, con prelados que se negaron a publicar formalmente la bula, es decir a publicarla. También a  otros órdenes religiosas no le hizo mucha gracias dado que la riqueza de sus monasterios  se basaba en el ganado ej. Cartujos...
Fueron tantas la presiones que su sucesor  Gregorio  XIII promulgó "Exponis nobis", en el cual se levantaba las censuras y penas establecidas por su antecesor, dejando solo penas para los clérigos.
Otro Papa,  Clemente VIII suprimió la excomunión establecida por los Papas anteriores  y la fiesta de los toros continuó al estar tan arraigada en el pueblo que la hacía inamovible.

En el siglo XVII asistimos al apogeo del toreo a caballo, y en XVIII al nacimiento del toreo a pié y nuevamente la fiesta será atacada con más prohibiciones, esta vez del poder civil.
Aparecen los Ilustrados partidarios de lo que llaman" Modernización  de España".  Ya el debate no es  ético y religioso, sino de razones economicas y laborales. Se argumentaba  que el ganado ocupaba muchas extensiones de tierra y se perdía agricultura y por otro lado el absentismo laboral  provocado por la celebración de corridas.  A la cabeza de este movimiento el ministro Gaspar Melchor de Jovellanos.

Carlos  III por una Real Prágmatica de 9 de noviembre de 1785 había prohibido las fiestas de los toros de muerte en los pueblos del reino pero con excepciones.  A pesar de la misma en varios pueblos se seguían celebrando corridas o burlando el espíritu de la norma corriendo los toros y novillos de cuerda. Ante esto otra prohibición, esta vez de Carlos IV en 1790. El BOE de la época tenía trabajo.

Continuaron las dispensas y concesiones hasta llegar a la más dura de las prohibiciones, dada por Carlos IV en Aranjuez en 1805,decretando la absoluta prohibición de las fiestas de toros en todo el reino, aunque estaba claro que el problema más importante de España estaba de Pirirneos para arriba.

Carlos IV.

Continuaron elevándose múltiples peticiones al Consejo de Castilla por parte de cofradías, municipios y pueblos que se sentían perjudicados . Generalmente se concedía el permiso, aceptando excepciones para permitir festejos cuyos beneficios fuesen para  realizar  mejoras en ciudades y para sanidad.

Un polémico asunto que llegaría a las Cortes de  Cádiz con dos adversarios  destacados. Por un lado el arzobispo de Murcia Simón López  a favor de eliminar la fiesta y la réplica del diputado catalán Antonio Capmany, alegando este su carácter tradicional y de identidad nacional. Este ganó las dos votaciones presentadas a favor de la fiesta.  Mientras,  José I  Bonaparte se encargaba de promover la Fiesta para satisfacer al pueblo.
En resumen, acabada la guerra aunque persitía la prohibición de 1805 era ya letra muerta.  Desde entonces ya no hubo más tentativas serias de prohibir las corridas de toros . Los políticos optaron por una nueva actitud de "simple tolerancia" pero cobrando buenos impuestos y nunca aportando desde las arcas del Estado.
 
Como vemos nada nuevo a lo largo de la historia.  Cualquier excusa ha sido buena para intentar prohibir por parte  de los iluminados  y salvadores de cada momento. Antes era la  ética y la religión, la economía, o el tema laboral, o la llamada modernidad y  ahora el animalismo mal entendido, cualquier tema ha sido recurrente para atacar la Fiesta,  aunque a la larga  la Tauromaquia  o cultura del pueblo siempre ha salido a flote. Que siga así muchos años...








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