La familia de Manuel Rodríguez Manolete, en prueba de gratitud, afecto y reconocimiento al escritor Antonio Gala por la admirable forma que trató el tema de la muerte del torero y de su madre en el espacio " 300 millones "de TVE, le ofreció el único bastón que usara el torero de Córdoba, para que pasara a engrosar la colección de bastones que Antonio Gala posee. Este autor aceptó el obsequio y le fue entregado, en un céntrico hotel de Madrid, por la hermana del diestro Dª Angeles Rodríguez de Torres-Lenero.
Hasta aquí la noticia simple y escueta. Vamos a ampliar la historia de como le llegó a Manolete este bastón que conservó como recuerdo de una de las más señaladas efemérides de su vida profesional.
Todo arranca el 17 de febrero de 1946 en la plaza "El Torero" de México. Alternaron con el diestro cordobés, otro torero español, el sevillano Pepe Luis Vázquez -azul plomo y oro- y el azteca Luis Procuna -blanco y plata-. Al que rompió plaza faena completa de Manolete, vuelta al ruedo, sin cortar oreja, que le fue solicitada por el público. Pepe Luis cortó las dos orejas y el rabo y dos vueltas al ruedo. Idénticos trofeos y tres vueltas al ruedo alcanzó Luis Procuna en el tercero. Cuando ya parecía que Manolete no iba a poder superar a sus compañeros salió el cuarto toro , de nombre Platino, castaño, bragado, astifino, de preciosa lámina. En la muleta fue el no va a mas. Fue una faena de antología, la crítica dijo que Manolete se convirtió en un titán, para el que existía nada que lo detuviera. Estocada entera y descabello y dos orejas y rabo. Y aún se le pedía la pata. Dos vueltas para el torero. Llovían los sombreros, las prendas de vestir, los ramos de flores, los más diversos objetos...Entre ellos el bastón, que ahora ha pasado a poder de Antonio Gala.
Esa tarde también estuvo salpicada de anécdotas. La primera acaecida cuando el público, tras dos quites de Pepe Luis y Procuna, le pidió a Manolete que toreara por chicuelinas.. Y por chicuelinas tuvo que torear, cosa que no encajaba en su sobrio estilo.
Luego, en el cuarto toro se le pidió que pusiera banderillas. En esta ocasión señaló al subalterno de su cuadrilla Alfredo David, como indicando que aquel hombre era el encargado...
Más tarde en el hotel al serle comentado estas anécdotas Manolete apostilló, en tono humorístico:
-Tal y como se están poniendo las cosas, un día también van a querer que yo actue de mulillero...
Genio y figura.
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