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miércoles, 14 de febrero de 2018

José Daza. Picador onubense del XVIII

 Quiero rescatar del olvido a un onubense  que ha pasado a la historia como uno de los grandes, pero poco tratado en los foros taurinos.  Se trata de JOSÉ  DAZA  uno de los picadores más importantes del siglo XVIII, natural de Manzanilla en la provincia de Huelva, localidad a 54 km de la capital perteneciente al Condado.
 
Manzanilla
Su fecha de nacimiento algunos autores señalan 1700 pero es más acertada la de 1720.  Hijo de Manuel Daza lidiador a caballo de la misma localidad y al contrario de su hijo, tan solo actuó como aficionado a toda serie de suertes del toreo ecuestre. En esta época ya trabajan como piqueros profesionales hijos de hidalgos, que antecedían a su nombre el  "don" como D. Antonio Gamero,  D. Juan Marchante, D. Pedro Marchante y en este caso D. José Daza.
Poco se conoce de D. José  salvo cartelería y lo más importante lo tenemos en su libro" Precisos manejos  y progresos condonados en dos tomos. Del más forzoso peculiar del arte de la Agricultura que lo es del Toreo " que escribe retirado  en 1777. De 1778 es la copia que se conserva en la Biblioteca del Palacio de Oriente, que se supone regaló al rey.  Al igual que en su nacimiento los autores no se ponen de acuerdo en la fecha de fallecimiento acaecido en la década de los ochenta de mil setecientos.
Este libro ha sido editado hace unos años (Sevilla-Real Maestranza de Caballería,Universidad de Sevilla 1999, y parcialmente en su día, todo lo que de toreo trataba (Arte del toreo, Manuscrito Inédito de 1778) Madrid 1959 Unión de Bibliófilos Taurinos.
En su libro D. José Daza hace un repaso al toreo de su época, tanto en la técnica como de la historia y filosofía. Al estar escrito con el lenguaje de la época el dialogo se hace complicado de entender y a veces se aleja del motivo de estudio .Pero no es menos cierto que es una valiosa aportación de una primera figura de los picadores de su tiempo.
"Torear , dice Daza, es un arte valero y robusto engendrado y robusto por el entendimiento, la más noble de las tres potencias del alma, forzoso para mantener la vida humana ".  Entonces el arte era una técnica artesanal fruto de un aprendizaje y forzoso para mantener la vida pues al vivir en el campo conoce los toros , tanto los dóciles como los fieros a los que hay que burlar sus acometidas.
Al final de este tratado hay varias conclusiones pero son difíciles de buscarlas por lo complicado de su lectura. Mas claras son las anécdotas  y las digresiones (cambio temporal de tema) que nos acercan a la época de Romero, Costillares  y Pepe Hillo.
En estas anécdotas cuenta como con 11 años ya estaba en tentaderos  y herraderos  en el Coto de Doñana, llegando a merecer la atención de su dueño, el duque de Medina Sidonia, que debió de protegerle. Daza se lanza al toreo profesional, en los que confiesa  que fueron sus principales maestros en el arte de picar con vara de detener a los famosos Juan Marchante, Juan de Santander y José Fernández. Cuando habla de ellos dice que presume de haber aprovechado las lecciones de todos y en cierto modo de haber fundido sus estilos de picar.   Se le ve actuar en Sevilla y  Madrid pues recorrió muchas tierras de Andalucía y Castilla.
En 1759 toma parte  en las Fiestas Reales por la exaltación al trono de Carlos III. En 1764 torea en Sevilla, donde rejoneó un día, habilidad que no le era ajena. En 1765 actúa en la Plaza Mayor de Madrid en las Fiestas reales por el casamiento del pirncipe de Asturias, después Carlos IV. En cartel de 1777 se anuncia que saldrá a quebrar rejones junto a Merchante y Camero en Madrid. En su libro cuenta como actúa de picador  en dos corridas celebradas en la Alameda de la Sagra con toros de la Real Vacada de Aranjuez y que rejoneó y picó solo. Cuenta que su primer toro de nombre Aduanas , que siendo toros  del Rey, era el rey de los toros.   Tenía tanta fama que muchos seguidores le acompañaban por donde actuaba.  El mismo comenta que los duques de Sesa y Uceda,  Conde Palma y el de Lemus andaban viajeros a todas partes que iba a funciones.
Su hijo Rodrigo le cita su padre contándole entre los inferiores de los que torean en su tierra.  Cuenta asimismo que en una ocasión  le volteó un toro, arrancándole ambas  faltriqueras. Su padre le hizo el quiete con el caballo. Al no aparecer en carteles se piensa que no llegó a profesional.
Parecer ser que una aportación suya es la colocar  sogas y maromas que impedían el salto de los astados al tendido en las barreras. Concretamente Francisco López Izquierdo pone la fecha  del suceso el 7 de noviembre de 1765.
Nuestro reconocimiento a un hombre que  supo dejar un texto donde podemos conocer su labor y  su época.
 
Ayuntamiento Manzanilla


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